Me encogí de pura
rabia, no entendía por que ese útil dicho de "el tiempo cura las
heridas" no se cumplía en mi caso, se me hacia insoportable pensar que
seguiría sintiendo ese puño hundiéndose en la boca de mi estomago algún tiempo
mas. Dejé la computadora a un lado y cerré los ojos intentando contar alverjas
en mi cabeza para quedarme profundamente dormida pero no pude; al parecer mi cabeza estaba dispuesta a torturarme el
resto de la noche y fiel a su costumbre seguía construyendo pensamientos,
ideas, planes, suposiciones, interpretaciones que no me permitían conciliar el
sueño si no mas bien acaban por ponerme
mas nerviosa y ansiosa. Entonces respiré y me deje ir, cerrando los ojos pare
de luchar ; le permití mostrarme lo que sea que quisiera mostrarme así empecé a
recordar.
- Si no quieres ir conmigo no
tienes que hacerlo - le dije, y dándome la vuelta caminé en sentido
contrario.
- Pero si quiero ir - insistió
el.
- En serio no tienes que
acompañarme, ya estoy grandecita para hacer mis cosas sola.
- Caramba, todo lo haces un
problema no?
- No - le respondí,
"si" pensé mientras me subía al micro
- He dicho que voy contigo-
insistió- es tarde para que andes sola.
- Como quieras.
- Ok - se sentó a mi lado
mirando el piso mientras yo volteando la cabeza sonreía como boba, para mi
su preocupación era real, para mi el intentaba cuidarme. Puras conjeturas,
puras mentiras.
Volví al presente
entonces y note entonces que estaba tirada en mi cama mirando el techo de mi
habitación con los ojos llenos de lagrimas y el corazón hecho una bola, por que
asi me sentía; una bola de dolor que no paraba que no cesaba sino que mas bien crecía con el tiempo. "Así nació mi inseguridad" pensé, "por su
culpa" me dijo la rabia, " no es verdad" me hablo la razón; y es
que mi inseguridad nació mucho tiempo atrás, el solo ayudo a regalarla por que
eso fue lo que hizo; la abonó y la hizo mas fuerte. Otro pedazo de tiempo
regreso a mi.
- Mi mama es super celosa - me contó un día mientras ponía su brazo sobre mis hombros
- ¿Así?
- Si, ponte que me esta
recogiendo la ropa sucia y encuentra una con un olor distinto al mio
- Te mata - le respondí
sonriendo.
- Algo así.
- Entonces no te me acerques -
dije soltándome.
- Tu no te pones mucho perfume.
- Pues claro, yo uso jabón y me
baño siempre
Mis manos blancas de
furia se cerraban en puños.. Me había portado como una completa estúpida.
- ¿Qué se supone que ha dicho
ella que te ha enojado tanto como para llamarla de esa forma?- le pregunto
mi madre esa noche.
- Pues ella - tartamudeo- ella
ha estado diciendo que yo he querido algo con ella cuando jamás a sido asi
- cada una de sus palabras se clavaba en mi como horribles y dolorosas
espinas, penetrando mi cerebro y mi ya partido corazón.
- Ok y ¿le has preguntado a
ella? - pregunto mi mama ignorándome por completo.
- No
- Pues hazlo - ordenó.
- ¿has dicho eso? - me pregunto
sin siquiera levantar los ojos del suelo.
- No - respondí diciendo las
únicas dos letras que saldrían de mi boca aquella noche.
- Ok
"Traidora"
le grite a mi mente " con amigas como tu ya para que quiero enemigas"
pensé, quería dejar de hacerlo, que mi mente dejara de trabaja por un instante
y se quedara en blanco; tal vez hasta en silencio, ponerle punto final al sin
fin de momentos que mi cerebro entreveraba pero los frenos se negaban a
responder. Quizá debía vivir ese momento, podría ser necesario para que por fin
ese terrible hueco dejara de agrandarse y finalmente se cerrara por completo,
pero para ser honesta no estaba segura de nada en lo absoluto y eso me estaba
acabando.
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