Se me acaba el aire, el oxigeno se escapa.. No se que hacer. Pronto me encuentro caminando. Sola. De frente. Como todos, con un pie delante y el otro atrás. ya no me sonrió. Ya no suspiro. La gente pasa y me topa, nada me resulta. Estoy sola. Pequeña; soy grande y me veo diminuta. Una ráfaga de aire me hace temblar, pero sigo caminando. Hasta creo que me he convertido en una ridícula, oyendo letras pegajosas y soñando despierta. Me siento en una esquina. A veces me parece que no se a donde voy, que las estaciones cambian y yo me empolvo en ese rincón, donde mamá deja las cosas oxidadas. Y entonces recuerdo que he crecido, el mundo ha continuado girando; una, dos, hasta tres veces y yo he girado con el. Así pienso, porque cuando camino, hasta el cerebro se me acelera. ¿Y si corro?