De pronto te parece que todo va mal, que iba bien pero que dejo de estarlo cuando te rodeaste de nada. Escribir ya no era suficiente y reír era el alimento de cada día; pero las ganas de llorar emanaban de tus poros. Se volvió difícil respirar y sobre todo descansar; pero tu sabías que todo iría mejorando, poco a poco. Y aun así las lágrimas traicionaban tus buenas intenciones. Simplemente no podía dormir. Ps. 2012