De pronto vuelves a sentirte especial; o espacial, porque hasta te parece que no eres de este planeta. Y te permites soñar, te permites volar; no te sujetas del suelo, no te atas, porque te gusta el cielo. Te das permiso. Y no te limitas a saltar; literalmente te dejas ir, flotando de nube en nube. Te das licencia a sentir, te dejas abrazar. Y la gravedad hace su trabajo, te jala y presiona como un imán. Te golpeas en el suelo y te duele; pero el sentimiento es conocido, la sensación es familiar. Te han vuelto a romper el corazón.