Una noche oscura y estrellada se agradece. Había pasado dos semanas pidiendo una noche así, y ahora finalmente podía divertirme descubriendo esos ínfimos puntitos brillantes que tanto me gustaban ver en el cielo. Estaban ahí y me costaba decir que no podía alcanzarlas; estire el brazo con el afán de tocarlas, siempre las había envidiado, eran hermosas, hermosas e inalcanzables pero nadie se cansaba de intentar llegar a ellas. "Me puse de espaldas y empecé a caminar como el cangrejo. - Se puede saber ¿Qué haces? - Caminar, ¿Que no ves? - Te vas a caer - me dijo el riéndose - No si tu me dices por donde ir - le sonreí yo. De pronto tuve sus manos en mis hombros sosteniéndome, manos grandes y fuertes, me sentí segura. - De frente, de frente - me guiaba- Estas loca ¿sabías? - Si - Despacio, a tu derecha, a tu derecha - y no pudiendo evitarlo me solté a reír a carcajadas, al poco rato los dos nos reí...