Una noche oscura y estrellada se agradece.
Había pasado dos semanas pidiendo una noche así, y ahora finalmente podía divertirme descubriendo esos ínfimos puntitos brillantes que tanto me gustaban ver en el cielo. Estaban ahí y me costaba decir que no podía alcanzarlas; estire el brazo con el afán de tocarlas, siempre las había envidiado, eran hermosas, hermosas e inalcanzables pero nadie se cansaba de intentar llegar a ellas.
"Me puse de espaldas y empecé a caminar como el cangrejo.
- Se puede saber ¿Qué haces?
- Caminar, ¿Que no ves?
- Te vas a caer - me dijo el riéndose
- No si tu me dices por donde ir - le sonreí yo. De pronto tuve sus manos en mis hombros sosteniéndome, manos grandes y fuertes, me sentí segura.
- De frente, de frente - me guiaba- Estas loca ¿sabías?
- Si
- Despacio, a tu derecha, a tu derecha - y no pudiendo evitarlo me solté a reír a carcajadas, al poco rato los dos nos reíamos en la mitad de la calle.
Caminamos otro tramo asi; yo de espaldas, mi cara era solo sonrisas, el frente a mi y sus manos en mis hombros mientras intentábamos no caernos.
- La luna es tonta - dijo el de repente arruinando el momento.
- Y las flores son estupidas - le respondí - la luna no es tonta - repliqué.
- Si, si lo es.
- La luna esta hecha de queso y punto - le dije sonriendo, y el solo agacho la cabezo diciendo "contigo es imposible"
Y si, siempre lo fui."
La noche había sido siempre mi parte favorita del día, pero no estaba lejos el momento en el que sería precisamente la noche la que me entramparía. Acaso al llegar ese día, ¿Alguna de esas hermosas estrellas me lanzaría una idea o una soga? Hermosas y traidoras, hermosas e inalcanzables.
Había pasado dos semanas pidiendo una noche así, y ahora finalmente podía divertirme descubriendo esos ínfimos puntitos brillantes que tanto me gustaban ver en el cielo. Estaban ahí y me costaba decir que no podía alcanzarlas; estire el brazo con el afán de tocarlas, siempre las había envidiado, eran hermosas, hermosas e inalcanzables pero nadie se cansaba de intentar llegar a ellas.
"Me puse de espaldas y empecé a caminar como el cangrejo.
- Se puede saber ¿Qué haces?
- Caminar, ¿Que no ves?
- Te vas a caer - me dijo el riéndose
- No si tu me dices por donde ir - le sonreí yo. De pronto tuve sus manos en mis hombros sosteniéndome, manos grandes y fuertes, me sentí segura.
- De frente, de frente - me guiaba- Estas loca ¿sabías?
- Si
- Despacio, a tu derecha, a tu derecha - y no pudiendo evitarlo me solté a reír a carcajadas, al poco rato los dos nos reíamos en la mitad de la calle.
Caminamos otro tramo asi; yo de espaldas, mi cara era solo sonrisas, el frente a mi y sus manos en mis hombros mientras intentábamos no caernos.
- La luna es tonta - dijo el de repente arruinando el momento.
- Y las flores son estupidas - le respondí - la luna no es tonta - repliqué.
- Si, si lo es.
- La luna esta hecha de queso y punto - le dije sonriendo, y el solo agacho la cabezo diciendo "contigo es imposible"
Y si, siempre lo fui."
La noche había sido siempre mi parte favorita del día, pero no estaba lejos el momento en el que sería precisamente la noche la que me entramparía. Acaso al llegar ese día, ¿Alguna de esas hermosas estrellas me lanzaría una idea o una soga? Hermosas y traidoras, hermosas e inalcanzables.
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