Cada ambiente tiene su estilo, y a su manera cada uno se destaca. Mi cuarto por ejemplo, puedo mover mi cama y lograr que la ventana sea mi cabecera, correr las cortinas, dejar la ventana ligeramente abierta para no asfixiarme con mi humor, y sé que si me acuesto podré ver el cielo que será una gran masa naranja azulada pero que no por eso deja de hacerme feliz; sé también que el fin de semana la música del local de al frente se abrirá paso para llegar hasta aquí y que normalmente empezaría un cuaderno nuevo como hago siempre que quiero empezar de cero, sin embargo algo me dice que debo cortar la costumbre. Pero volviendo al tema; mi cuarto es mi espacio y mi cama mi hogar.
Juguemos a que vienes, Juguemos a que me voy Juguemos como hemos hecho desde el día que nos conocimos. Juguemos a que me escuchas y yo te devuelvo el favor. Sonriéndote desde siempre y tu olvidándote de mi. Juguemos a que de verdad te importa, Juguemos ese juego doloroso que llevamos jugando tanto tiempo. Ese en el que tu apareces y yo vivo, ese en el que tu me dejas y yo lloro. Me he escondido un buen tiempo y no has venido a por mi. Te dejé las pistas en ese corto camino que caminamos un par de veces, te deje el lugar en esa escasa mirada que me regalaste algún día, te dejé un letrero enorme hecho de esas horribles migajas con las que fui feliz. Tu decidiste no buscarme, tu decidiste mirar para atrás tu decidiste cansarme e irte a lo mas fácil. Juguemos a que quizás te diste cuenta, juguemos a que no te atreviste por miedo, por timidez.. Juguemos este juego en el que tu y yo sabemos que ya perdí.
Comentarios
Publicar un comentario